Sendero de las 3 cascadas

Hoy domingo, como teníamos que volver a casa, no nos daba tiempo a una excursión más larga, así que decidimos darnos una vuelta por los alrededores de Cerler. Tomamos un sendero, en lo alto del pueblo, que lleva en dirección a Ardonés (que está hasta arriba de nieve). No nos iba a dar tiempo a llegar hasta ahí, así que decidimos andar un rato y, cuando se nos haga tarde, dar la vuelta.

El sendero es en subida desde el primer momento, así que pronto empezamos a ver vistas espectaculares de Cerler y la estación de esquí:




Así como del valle de Benasque y el Congosto de Ventamillo:



Un poco más arriba, hay un desvío para ir a Ardonés, pero como sabíamos que no nos iba a dar tiempo a llegar hasta ahí, decidimos tomar el otro desvío que dice que es el "Sendero de las 3 cascadas". Sin saber muy bien dónde íbamos, al rato comenzamos a oir un ruido estridente de agua, y al poco, ya se divisan de lejos las primeras cascadas:



Aunque no sale en las fotos, desde aquí se divisa bastante bien (cuando las nubes lo permiten) la parte baja de Ardonés. Y es en ese momento cuando por fin comprendí porque la gente del valle pide que la ampliación de la estación de esquí de Cerler se haga por Ardonés. Y es que hay un paquetón de nieve increible, comparado con la que hay en otros sitios. Con Ardonés, sin duda, Cerler se convertiría en una de las 2 mejores estaciones del Pirineo, ya que tendría nieve asegurada en esa zona casi toda la temporada, aparte de que sería el punto más alto esquiable de todo el Pirineo (la Tuca de Pasolobino, donde se supone que iría el telesilla, llega a los 2800 metros de altitud, un lujo para una estación pirenaica). Pero la excursión a Ardonés la dejamos para la próxima primavera/verano, cuando no haya tanta nieve, que nosotros no somos profesionales como para aventurarnos en una zona hasta arriba de nieve que no conocemos.

Así que seguimos acercándonos a las cascadas:



Y seguimos acercándonos más, hasta donde ya casi no podemos seguir caminando:



Ya es la hora de volver, así que damos la vuelta, pero antes, una última mirada a las cascadas:


Y a despedirnos de los lugareños (que en breve se irán pa'l valle, en busca de mejores temperaturas):

Valle de Estós

Continuando con la espera a que nieve y abran la estación de Cerler, seguimos explorando los alrededores, y hoy tocaba el Valle de Estós, cerca de Benasque. Ya habíamos estado anteriormente, pero hicimos otra ruta distinta (a los Ibones de Batisielles), así que a explorar nuevos sitios.

El sendero de subida al valle comienza en el parking situado entre la carretera de Benasque a Llanos del Hospital y una presa, donde, a pesar de que hace tiempo que no llueve y está todo casi seco, hay agua por doquier:




Como se puede ver en las fotos, el día acompaña: algo de fresco, pero un sol radiante hasta la primera parada, en la Cabaña de Santa Ana:




Un poco más adelante, ya se empiezan a divisar picos nevados:


Y vida salvaje:


Aunque el otoño aún no ha llegado del todo, en muchos sitios se empiezan a ver por todas partes los colores otoñales:



Pero, como por arte de magia (repito: no ha llovido casi nada en todo el verano, y está casi todo seco), hay agua por todas partes:




Tanta foto y tanto andar nos da hambre, así que una parada para reponer fuerzas, con un buen avituallamiento:


A partir de ahí, el camino se empina y se cierra, todo rodeado de árboles:




Ya estamos cerca del final de la ruta (o de la mitad, porque nos queda volver), una inmensa explanada a 1800/1900 metros de altura, conocida como el Llano del Tormo, desde donde se divisan todos los picos de la zona, como el Perdiguero.





Para volver, en vez de hacerlo por el sendero principal, nos metemos por uno más pequeño y revirado que lleva a las Gorgas Galantes, dos cascadas impresionantes, que, como no podía ser de otra forma, van hasta arriba de agua:






Las fotos están sacadas desde los 2 miradores que hay en el sendero, uno arriba y otro abajo, en medio del bosque. Un sitio realmente espectacular. Pero, ya va atardeciendo, así que nuestra estancia ahí es más corta de lo deseado, ya que tenemos que ir volviendo ya a zonas habitadas.

En total unos 8 kms (mitad subida, mitad bajada) realmente aconsejables, eso si, en cualquier época menos en invierno, ya que ahí en breve (eso espero) todo estará hasta las trancas de nieve.

Cámara GoPro HD

Llevaba tiempo detrás de esta cámara, pero su precio en España (350€) me echaba para atrás pero, por suerte, la semana pasada en USA, donde estuve pasando una semana por trabajo, encontré el modelo anterior (que es HD igual, pero no Full HD) por tan sólo 150$ o, lo que es lo mismo, algo más de 100€. Así que, sin pensarlo, me la pillé y hoy he podido hacer la primera prueba, en la moto, usando el kit para el casco, que se sujeta al mismo con un adhesivo que, de momento, parece bastante potente.

Así que esto es lo que he grabado:

Las primeras sensaciones son espectaculares, siendo el tamaño de los videos el único problema (1,3GB por 13 minutos y pico de video), aunque, eso si, a la máxima resolución.

Otoño en Cerler

Debido a nuestro enganche a esto del esquí, y dado que la economía no da para ir a hoteles continuamente, hemos decidido este año probar alquilando un apartamento en Cerler para toda la temporada de esquí. Por menos dinero del que nos gastaríamos en 3 semanas de hotel, hemos pillado un mini apartamento (una habitación, un baño y un salón-cocina, en menos de 40 m2) desde el mes de octubre hasta abril. Debido a su ubicación, las vistas desde la terraza son espectaculares, con vistas al lago de Eriste:



y la zona más baja de la estación:



Así que, mientras esperamos a que llegue la nieve y abra la estación, nos hemos ido a pasar algunos fines de semana. El primero, a inspeccionar el sector Ampriu de la estación.




Donde, debido a las buenas temperaturas aún, las vacas campan a sus anchas.







También visitamos Llanos del Hospital, donde se veía algo de nieve, por fin:




Desde ahí, siguiendo una pista asfaltada que sale del Hospital de Benasque (antiguo hospicio para los peregrinos del Camino de Santiago), la intención era llegar al refugio de La Renclusa.




Nada más abandonar el Hospital, encontramos un sitio idílico, en un remanso de un arroyo:




La pista sigue hasta una pequeña cabaña, donde paramos a tomar un tentempié.





Tras ello, llegamos a La Renclusa, no al refugio con el mismo nombre, así que decidimos, en vez de ir al refugio, que ya conocíamos, seguir un sendero hacia los ibones de Vallimuerta.



Aquí se me acabó la batería del móvil, así que ya no pude hacer más fotos, pero ya sacaré, porque pienso volver, ya que el rato que pasamos al lado del ibón más bajo, tomándonos un bocata de jamón serrano y pimientos y simplemente contemplando los alrededores, fue de lo más relajante. Eso si, al estar en alta montaña, cuando casi nos íbamos hasta a echar una siesta, de pronto se levantó un viento bastante fuerte, y casi nos quedamos ahí helados, al lado del ibón :-D